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Mis cartas llegaron a:

domingo, 9 de octubre de 2011

09.10.11


Aún recuerdo cuando decías que te quedarías hasta el amanecer conmigo porque era la única que te escuchaba. Cuando nos peleábamos tirados en el césped, ahogados en risas y suspiros. Cuando sostenías la cámara de fotos y no dejabas un movimiento mío sin capturar.
Todavía me acuerdo del momento exacto en que tomé esa hoja de papel azulada para empezar a escribir nuestros planes, uno a uno, lentamente y con buena letra. Y como cuando no sabías que hacer, y de los nervios me hacías cosquillas. Cuando nos mirábamos y las risas salían solas, así de simple, natural como el respirar.
Y después de tu indiferencia, de darme cuenta de que no hay peor espectáculo que la ignorancia en acción, me doy cuenta de que soy pura vulnerabilidad. Que todo me afecta aunque no merezca la pena, y de lo jodidamente cierta que es esa frase de: "no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes".
Me da pena que echemos a la nada todo esto. Porque si de algo me dí cuenta en estos días, es que te tomé un especial cariño que no entiende de espacio ni de tiempo y que no me hace falta amor para no querer perderte...


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