No hay nada mejor que su sonrisa una tarde nublada, es como un rayo de sol que ilumina mi día, sabes? Quizás no pueda darse cuenta, simplemente lo hace sin pensarlo.. Pero verlo sonreír es una de las cosas más lindas de la vida.
Sus manos entrelazadas con las mías, o el perfume que deja en mi ropa cada vez que se va. Ya que estamos, podríamos agregar, a la lista de cosas que amo de él, los abrazos que secan mis lágrimas, la luz de sus ojos. Sus abrazos me siguen enamorando. Esa paz que se genera en mi al escucharlo hablar sobre todas las cosas que nos quedan por vivir juntos, es una sensación hermosa. La felicidad que me produce verlo, aunque solo sea una vez por semana.
No creas que eso es todo! Falta nombrar su bendita paciencia, esa paciencia que usa conmigo cuando estoy a punto de explotar, cuando no soporto la realidad, y que logra tranquilizarme. Sus palabras de amor, que me llenan el alma.
Creo que no te conté que se me acelera el corazón y tampoco de los nervios que se apoderan de mi, como la primera vez que lo vi, cada vez que voy a verlo..
Es entonces cuando se pierden en la historia que repito una y otra vez de cómo me enamoré, sin saberlo, en algún momento que todavía no logro identificar y todo lo que conllevó después... La historia del amor de mi vida, de la que hoy sigo siendo protagonista. Será mi secreto. Como todos los secretos que siempre nos guardamos.
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